martes, 3 de febrero de 2015

¿QUÉ PASÓ CON EL 2%? ¡AY, MI PUENTE DE ARIZA!

El puente de Ariza es un puente que se alzaba sobre el río Guadalimar formando parte del antiguo camino que comunicaba la ciudad de Úbeda con la Imperial Ciudad de Toledo. Se trata de una construcción promovida por el cabildo de la ciudad y que se enmarcaba dentro de un amplio programa de actuaciones que el mismo llevó a cabo durante el siglo XVI y, donde las mejoras de las comunicaciones - especialmente en la difícil parte norte-, no pasaron inadvertidas.

El proyecto fue realizado por el maestro alcaraceño Andrés de Vandelvira en 1562 comenzándose, a finales de ese mismo año, la ejecución de las obras bajo el mandato del cantero ubetense Antón Sánchez y que finalizarían en 1581. Cuenta el puente con una longitud de cien metros y se conforma con cinco ojos -arcos de medio punto- que responden al esquema "aa b aa" resultando el arco central con una luz mucho mayor (treinta y seis metros) que la de los arcos laterales que actúan como contrafuertes. Se trata pues de una excepcional obra de cantería que, por otro lado, es la única obra de ingeniería que hoy conservamos del maestro Vandelvira.

No vamos a descubrir en estas líneas la figura magistral de Andrés de Vandelvira (1505-1575), ni tampoco la excepcionalidad de su obra en general y de este puente en particular. Sin embargo sí que quiero llamar, una vez más, la atención sobre la actual situación del Puente de Ariza, una situación que se torna cada vez más agónica desde hace años.

El 14 de julio de 1997 el diario "El País" daba la noticia :"El puente renacentista de Ariza, se salva de las aguas". En aquel momento, ya se había empezado a embalsar agua tras las obras realizadas en el Giribaile y, de no remediarse, el puente quedaría bajo las mismas. Pero aún había tiempo. 

El Ministerio de Medio Ambiente, al frente del cual estaba por entonces Isabel Tocino, había aprobado por fin el proyecto para su traslado con un presupuesto de 800 millones de las antiguas pesetas. Unos años antes, el pleno del Ayuntamiento de Úbeda aprobó que, del montante total de las obras, se destinase un 2% para el traslado del puente a las inmediaciones de la ermita del Gavellar. Un tiempo antes, en tiempos del ministro socialista Borrell, los estudiantes de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Granada, bajo la supervisión del profesor Ignacio González Tascón, realizaron un interesante proyecto para su traslado.

Todo estaba preparado y aprobado salvo el único fleco de esa inversión, ese 2%. Un gasto que sería aprobado en unas pocas semanas, quizá en el mismo mes de julio, quizá en agosto o quizá en septiembre. 

Han pasado casi 20 años de esto, 18 concretamente, y aún seguimos esperando ese traslado. El puente de Ariza agoniza, día a día, bajo las aguas del Giribaile. ¿Qué fue de ese 2%? ¿Qué pasó con aquellos 800 millones de pesetas? Y también, ¿qué pasó con el respeto al Patrimonio Histórico y Artístico, con el respeto a Vandelvira, con el respeto a las leyes y, sobre todo, con el respeto a la ciudadanía y su historia?

Hace unas semanas hemos visto con sorpresa, al menos por mi parte, como la Junta de Andalucía, dueña absoluta de las competencias en materia de Patrimonio Histórico en nuestra región, se desentiende de esto y, cuan Poncio Pilatos, se lava las manos pasando el problema y la responsabilidad al Ayuntamiento de Úbeda. 

Tristemente tendremos que ver, una vez mas y al igual que con la antigua cárcel del partido de Úbeda, como se cumplirá aquello de "entre todos la mataron..."

Francisco Javier Ruiz Ramos.
Historiador del Arte.