viernes, 19 de septiembre de 2014

ALGUNAS NOTAS HISTÓRICAS SOBRE LA VIEJA CÁRCEL DE ÚBEDA

Ahora que estamos un poco a vueltas con la más que posible demolición de la antigua cárcel del Partido Judicial de Úbeda quiero, en las líneas siguientes, exponer algunos datos poco conocidos sobre este inmueble y sobre el arquitecto que lo diseñó.





En primer lugar hemos de contextualizar, aunque sea brevemente, la erección de este edificio en la España y en la Úbeda de finales de los años 20. Una Úbeda que, como muchas otras poblaciones de la España de Primo de Rivera, presentaba múltiples deficiencias y problemas que el Directorio Militar (1923-1925) se había propuesto atajar. De esta forma y pese a la supresión de derechos básicos constitucionales como el de libertad de reunión o asociación, se consiguió cierta “paz social” acallando casi por completo a las pistolas que tanto hablaron en la época precedente. Coincidiendo pues con cierta bonanza económica -que tildará a esta etapa como los “felices años 20”- y bajo el amparo y beneficio otorgado por el general Leopoldo Saro Marín, la provincia de Jaén en general y Úbeda en particular, sufrirán cierto desarrollo materializado en el ilusionante pero fallido intento de poner en marcha la línea de ferrocarril Baeza-Utiel, la construcción en Úbeda de los centros escolares de la Explanada, Cristo del Gallo y Alcázar, la rehabilitación del palacio de D. Andrés Dávalos, más conocido como Casa de las Torres, o la realización del Teatro Ideal Cinema por citar tan sólo algunos ejemplos.


En aquellos años, como digo, surge también la necesidad de realizar una nueva cárcel que respondiese a las necesidades del Partido Judicial de Úbeda puesto que la anterior prisión, ubicada en el antiguo Pósitio -lo que hoy es comisaría del Cuerpo Nacional de Policía-, no respondía a las exigencias de la época.


La idea debió fraguarse a principios de 1927 o quizá antes puesto que en el mes de abril de año se adjudican las obras al constructor ubetense Juan Moreno Rus. El arquitecto que diseña el edificio fue Vicente Agustí Elguero, un arquitecto posiblemente de origen valenciano que, junto a Secundino Zuazo, se licenciaría el 1 de marzo de 1913 en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid comenzando pronto su actividad. Así, en esos años, construirá varios edificios en la capital como los que realiza para los señores Fernández-Garzón y Clot, para Juan Ángel Sainz de Baranda en 1914 o para Miguel Agustí Elguero (1919-1922) en pleno Barrio de Salamanca y que responderían a un lenguaje arquitectónico ecléctico adornado con elementos historicistas y modernistas de ascendencia francesa. También de esta época sería el edificio de viviendas y hotel que conforma la esquina de la Gran Vía (número 23) con la calle Montera en colaboración con el también arquitecto José Espelius, artífice de la Plaza de Toros de las Ventas de Madrid (1919).


En 1920 Vicente Agustí será nombrado arquitecto de la Dirección General de Prisiones y, desde entonces, planteará la construcción de multitud de edificios penitenciarios a lo largo y ancho del país. Así, por citar algunos la Prisión Provincial de Alicante (1923-1925), la Prisión de Mujeres de Valencia (1925), la Prisión Provincial de Málaga (1932-1933), la de San Antón en Cartagena (1935-1936) o la de Úbeda (1927-1928).


Para la prisión de Úbeda, adjudicada su construcción como queda dicho a Juan Moreno Rus, Agustí planteará una fachada cuyo referente lo encontramos en la Cárcel Modelo de Madrid construida entre 1887 y 1874 por los arquitectos Tomás Aranguren y Eduardo Adaro, es decir una crujía horizontal, en el caso de Úbeda retranqueda, enmarcada por sendos cuerpos en los que se abren unos vanos adintelados en sus frentes y laterales. Levantada sobre un zócalo de piedra, en la crujía principal se sitúa la portada ligeramente adelantada a la línea de fachada y a la que se accede por una escalera doble. A los lados de la misma se abren tres arcos carpaneles en ladrillo, un material que junto a la volada cornisa de su cubierta le confieren el aspecto neomudéjar. Difiere también de la Cárcel Modelo en la planta, puesto que en la de Úbeda ésta viene a conformar una T.


El solar donde se ubica fue adquirido por el Ayuntamiento de Úbeda siendo abonada por el mismo la cantidad de 2.250 pesetas en el mes de mayo de 1927. Así las cosas, las obras comenzaron el 21 de junio de ese mismo año y debieron realizarse con celeridad puesto que ya para el mes de julio de 1928 estaban finalizadas. Así lo demuestra que, el día 28 de ese mes, el Director General de Prisiones D. Constante Migueles de Mendiluce, el Jefe de la Sección de Obras D. José Picazo y los arquitectos Miguel Sainz de Vicuña y Vicente Agustí Elguero, fuesen recibidos y agasajados en Úbeda por una representación de la corporación municipal, con el alcalde D. Baltasar Lara a la cabeza, amén de autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Tras la llegada a Úbeda de la comitiva y ya en la nueva cárcel, se produjo el “acto de entrega provisional del edificio” tras cuya firma, se trasladaron al Hospital de Santiago y posteriormente se les ofreció una visita por la ciudad. Ya por la noche, una cena en el Hotel Comercio puso el broche de oro, entre los sones de la Banda Municipal dirigida por Emilio Sánchez Plaza, a una jornada inolvidable que forma parte de la Historia de Úbeda.


86 años después, si la cordura no prima y nadie lo remedia, esta vieja cárcel que encierra tantas historias entre sus muros será demolida. Resulta curioso que una Úbeda, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, muestre tan poco respeto por su patrimonio y por su historia. Seguimos empecinados en querer ver únicamente en la arquitectura renacentista el sello de excelencia que Úbeda encierra y, sin embargo, obviamos otras muchas construcciones realizadas en otros estilos posteriores que, por su estética y en algunos casos por su calidad, merecen nuestra atención, nuestro respeto y nuestra salvaguarda.


El edificio de Correo de la calle Trinidad, obra del pontevedrés Alejandro de la Sota, cumple este año su 50 aniversario. Se trata de un ejemplo singular de la arquitectura racionalista en nuestra ciudad en el que muy pocas personas reparan y que está respetuosamente integrado en su entorno. Un inmueble que, cuan rara avis, goza de la categoría de Bien de Interés Cultural, la máxima protección que otorga nuestro Estado a las obras que, por sus cualidades artísticas y/o históricas, merecen la pena proteger.


Vicente Agustí Elguero también tiene edificios protegidos y catalogados. Tal es el caso de la citada Cárcel de Mujeres de Valencia, hoy Colegio Público 9 d’Octubre, en el que la Generalitat Valenciana volcó sus esfuerzos para conciliar lo que en Andalucía, en Úbeda, parece irreconciliable. El Ayuntamiento de  Málaga también luchó por su Prisión Provincial, también obra de Agustí y en el conjunto catalogado de la calle Cruz Conde de Córdoba también existe lo que antaño fue una antigua clínica, adscrita al movimiento racionalista, que realizaría junto con el arquitecto municipal Carlos Sáenz de Santamaría.


La Cárcel del Partido Judicial de Úbeda es un inmueble que, por sus valores patrimoniales e históricos, merece la pena proteger. Dejar que este inmueble sea demolido y se pierda supondrá un vil atentado que lamentaremos porque hay razones más que suficientes para su salvaguarda y puesta en valor.  Una vez más vuelvo a pedir a las administraciones que no comentan este grave error.