miércoles, 15 de diciembre de 2010

DE VUELTA A LA UNIVERSIDAD


Algunas veces parece que la vida nos vuelve a dar una segunda oportunidad. Algunas veces, por alguna razón aparentemente inexplicable, se vuelven a abrir puertas que, en tiempos pasados, uno cruzaba a diario mientras se era consciente de estar viviendo una etapa de la vida que, sin duda, marcaría profundamente a la misma.
Posiblemente el anhelo escondido en lo más recóndito de nuestras almas sea más que suficiente para obrar de una determinada forma.
Hace tiempo que un pensamiento que jamás había desaparecido de mi mente, comenzó a cobrar más y más fuerza dentro de mí. Reconozco que, pese a mi aparente tranquilidad, soy un espíritu inquieto, por definirlo de alguna manera. Se que suelo ser obstinado hacia aquellas cosas que siempre me han gustado o me han interesado en forma alguna.
Cuando me decidí a estudiar la Licenciatura en Historia del Arte, esa obstinación a la que me he referido, se hizo patente durante los maravillosos años que estudié en la Universidad de Granada. Suelo decir, no sé si con razón o sin ella, que el afrontar unos estudios superiores de esta índole obedece a un interés puramente vocacional. Al menos éste fue mi caso. Estaba convencido que difícilmente podría ejercer como Historiador del Arte en los tiempos que me había tocado vivir, unos tiempos en que lo material y lo tangible, dominaba, como domina, a la sociedad de nuestro tiempo, una sociedad dónde lo etéreo, lo espiritual y el sentimiento librepensador, apenas tiene cabida. Pese a ello di el paso, un paso del que jamás me he arrepentido y del que siempre me he sentido orgulloso.
Mis años en la Universidad fueron impresionantes. Mi piso en el Camino de Ronda, frente a la Peugeot, mis compañeros, David, el Gato, Fran, Curro, Siles, Herrera, el Natural.... Aquellas noches de bibliotecas en el comedor, aquel fregadero lleno de cacharros que hacía apiadarnos de aquel a quién le tocaba, aquellas impresionantes fiestas de cumpleaños de David. Los bocadillos del Parra, los litros que traía Maroto para ver el partido de la Champions, las partidas de futbolín y copas posteriores en Pedro Antonio. El Planta Baja, el Fondo Reservado, la Sal, el Tic-Tac, el Enano Rojo... Como olvidar tantas y tantas cosas, experiencias tan vitales que espero que mi hija pueda vivir como las viví yo.
La vida transcurría al ritmo de mi llorado Morente & Lagartija, de los Héroes, de los 091, de Depeche...
Hoy todo eso me parece todavía más cercano. Se que no va a ser igual y desconozco si cualquier tiempo pasado fue mejor, pero hoy me siento moderadamente feliz por que vuelvo oficialmente a estudiar, vuelvo a la Universidad de Granada.
Son otras circunstancias, es otra vida, son distintos los compañeros de viaje pero la ilusión sigue siendo la misma.
Desde hoy, oficialmente, mi Tesis Doctoral ha quedado inscrita en la Universidad de Granada. Ya ha pasado los trámites del Consejo de Departamento, lo que oficialmente, me hace ser Doctorando.
No tengo prisa, no tengo presión, lo hago porque lo deseo y porque quiero, porque me amo esta disciplina, amo la Cultura, amo la Historia y, por supuesto, amo el Arte.
Mª Luisa Caturla presentó su Tesis Doctoral sobre Zurbarán, posbilemente el mejor estudio sobre este artista y su obra, a la edad de 65 años. Yo, a mis 35, vuelvo a cruzar la puerta que, hasta hace poco, parecía estar cerrada y por ello, hoy, pese a las circunstancias, me siento feliz. Vuelvo al tajo.

1 comentario:

  1. Me alegro muchísimo, ánimo tú puedes, no tengas prisa, lo importante es el resultado que seguramente será muy bueno.
    Estoy muy orgullosa y me lleno de felicidad al ver que puedes realizar tu sueño.

    Un beso.

    ResponderEliminar