lunes, 13 de diciembre de 2010

ENRIQUE MORENTE. ¿CÓMO OLVIDARTE?


Como tantas otras cosas, he de agradecer a mi hermano Antonio, el haberme dado a conocer a este Genio cuando yo aún era un joven estudiante universitario.

Al contrario de su significado, para mí y para mis compañeros de piso, Omega fue el principio, una descarada y transgresora pirueta que se convirtió, para todos nosotros, en un disco cultual y que abrió de par en par unas puertas por las que tímidamente habíamos pasado algunos para acercarnos, a través de Camarón, al Arte Flamenco.

En la Tertulia tuve la oportunidad de cruzar con él unas palabras. En Úbeda, en el Hospital de Santiago no dudé en ir a su camerino para felicitarle por aquel recital.

Aún recuerdo aquella conversación entre David, mi hermano Daniel y él en el Mirador de San Nicolás. Un tío cercano, no hay duda.

Hoy, me siento apenado porque sé que se nos ha ido un tío inigualable, un genio. Sin embargo también hoy ha nacido un Mito, porque si hay un lugar en el que descansan los Mitos, allí está Enrique Morente.

Descanse en Paz Maestro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario