sábado, 20 de noviembre de 2010

HACE MUCHO, ALGÚN TIEMPO...

Estaba menos cansado.
Sin embargo, por dentro estaba vacío, tanto, como una de esas caracolas que encontramos mientras paseamos por la orilla del mar.
Una ilusión renovada, un objetivo, una meta. Un horizonte definido y, al menos hoy, de nuevo, ese ímpetu interior que me hace volver a pasear por este sitio desolado.
Abro las ventanas de esta triste habitación y dejo que entre el aire. La humedad y la carcoma han dejado sus huellas. Era de esperar....
Varias manos de pintura, unos movimientos aquí y alla....
Las luces vuelven a estar encendidas.

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